Finalmente tras mil doscientos treinta y tres dias de arduo entrenamiento me dirigi al calabozo inferior. La bestia que ya me habia derrotado tiempo atràs.
Recorde el dolor de su mordedura en mi hombro izquierdo, La sangre derramada, Lo incisivo de sus colmillos y el olor de su carne putrida. Recordè lo habil que habia sido dejandome entrar tan profundo y apretandome con fuerza seducido por sus ojos carmecies. Recorde haber perdido la consciencia y haber despertado en aquel bosque lejano, perdido, aturdido, herido y vacio. Mi alma se habia muerto, y yo solo era carne.
Mas de mil doscientos dias despues me encontraba allì bajando por las escaleras al calabozo. Mi corazon comenzo a palpitar. No tenia idea del camino hacia la bestia. Pero finalmente enceguecido por la determinacion de acabar con ella me tope con el castillo en el bosque perdido. Era el destino, no podia pensar en otra cosa. Era ese el dia. El momento. Podia morir otra vez...era una posibilidad
pero ya no tenia opcion seguia a mi corazon.
Baje las infinitas escaleras mientras oia mi respiracion cada vez mas agitada. El sudor bajaba por mi oreja, en mi cien latia el pulso que ya lo escuchaba rezonando en mi craneo.
Mi cuerpo comenzo a sentirse debil y yo mas agitado que nunca. LLegue a la boveda y reconoci el lugar, me senti nervioso, y mis piernas flaquearon.
La oscuridad era penetrante, apenas unas antorchas iluminaban el lugar rocoso y enorme. El aire faltaba, debia estar bien lejos bajo tierra.
Olia el olor a tierra y la putrefaccion de las especies que habian perecido en aquella camara tiempo atras. Tratè de recordar como habia salido de aquella dificil situacion. ¿Por que no estaba muerto?. Miles de flashes recorrieron mi mente en un instante. Me vi envuelto, me vi golpeado y mordido, me vi muriendo sin poder defenderme, ahogado en mi propia sangre.
Grite fuertemente dejando caer mi espada. El miedo comenzaba a hacer efecto. El pasado me dominaba, habia perdido el control de mi.
"Esto no me puede estar pasando" me repetia una y otra vez.
De pronto de la oscuridad se encendieron dos pequeñas luces rojizas y comence a escuchar el gruñido que habia sido pesadilla en mis ultimos sueños. Era la bestia. Se acercaba lentamente entre la oscuridad, estaba a poco menos de un estadios de mi. Caminaba segura de si misma, pero no le podia ver la forma, se movia en la oscuridad hacia mi.
"Esto no me esta pasando!" Me repeti y me levante tomando la espada caida.
"No me importa morir hoy, he entrenado lo suficiente todo este tiempo". Pense
-Ven maldita bestia, no puedes derrotarme!!!!!! he entrenado mas que suficiente y por fin la vida me da la chance de destruirte de una vez y para siempre-. Le gritè con todas mis fuerzas.
Mis palpitaciones aumentaron considerablemente, y me senti mareado. El aire realmente se me estaba acabando, "quizas muriese antes de asestar el primer golpe" pensè.
La bestia escucho mis blasfemias y convirtio su gruñido en risa. Una risa burlona y pavorizante.
Finalmente se mostro a la luz. La sorpresa cayo en mi como un balde de agua fria.
La criatura no tenia la forma anterior de bestia. Esos rasgos eran conocidos para mi; tenia forma humana.
Pero no era cualquier humano: su pelo, sus labios, sus cicatrices... esa figura era yo.
-Que es esta artimaña bestia inmunda?- Le grite sosteniendo mi espada con ambas manos.
La figura sonrio...era yo sonriendo.
Se acerco mas y mas a mi siempre sonriendo con su propia espada en la mano. Demasiado seguro de si mismo.
Cerrè mis ojos un instante y volvi a abrirlos. ¿Estaria alucinando?. Lo vi de nuevo...definitivamente no era una ilusion: La lucha era contra mi mismo. Esto era algo que no tenia previsto. Senti un terror aun peor. Si la criatura era yo, entonces conocia cada una de mis debilidades. No tenia chances de ganar.
¿Que podìa hacer?.
La criatura siguio avanzando y ya blandio la espada dispuesta a atacar por la derecha.
De pronto hable sin darme cuenta. Con un tono jocoso y relajado.
"Se que sabes que mi guardia baja es mi punto debil", "se que sabes que siempre busco atacar por la izquierda aun fingiendo querer hacer lo contrario". "Se que conoces mis puntos debiles criatura del infierno, pero yo tambien los conozco demasiado bien y no me atemorizan".
Me relajò ya no tener mas opciones, ahora sabia con seguridad que la bestia sabia mis puntos debiles, porque yo mismo se los habia dicho.
"no puedes vencerme con mis puntos debiles porque yo tambien los conzoco bien, y se que tu querras atacar por ahi. Pero recuerdo tambien lo fuerte que soy y la velocidad que manejo con mi espada. ¿Piensas entonces atacar por mi debilidad, piensas que puedes ganarme con tu terror?"
La bestia siguio avanzando y me hablo, me recordò como ya habia perdido, me recordò que tuve suerte de salir vivo, pero que esta vez todo cambiaria. Me repetia una y otra vez "recuerda que ya hemos luchado" y trataba de llevarme hacia el pasado de derrota.
"Yo no soy mi pasado" Le respondi y finalmente la ataque con una violencia incontenible por el frente cortando la cabeza desde la corona hacia la garganta.
La sangre salto hacia todos lados y me manche con ese acido inmundo.
Mi piel se quemo levemente pero la alegria era inmensa. Me habia podido vencer a mi mismo.
Me quede sentado al lado del cadaver y las imagenes de mi vida volvieron. Finalmente pude ver la primer pelea con la bestia. Y recordè cuando me tomo por el cuello y me ahogò. Recordè un ultimo instante donde pensè "me estoy muriendo" y luego la oscuridad.
Sonreì largamente...mi piel comenzo a evaporarse. Yo ya estaba muerto.
Era un espiritu vagabundo del bosque que finalmente habia conseguido la liberacion. Era feliz, habia trascendido la vida, la muerte no pudo alcanzarme, otro tipo de muerte me esperaba:
Una muerte consagrada. Mi alma volvia a mi mientras mi cuerpo se volaba como arena.
Volvì a recordar como me derrote a mi mismo y ese fue mi ultimo pensamiento, un pensamiento simple...pero que seria eco infinito en la felicidad de la muerte.
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